LAS SOCIEDADES ABORIGENES EN ECUADOR
Organización y desarrollo de las sociedades avanzadas
Las sociedades que habitaron el actual
Ecuador entre los años 500 a. C. y el 1500 d. C. tenían formas organizativas
sociales, culturales, económicas y religiosas complejas y diversas,
producto de su particular desarrollo
histórico.
Estas sociedades se organizaron en
cacicazgos, en señoríos étnicos y, luego, en confederaciones, para impulsar el comercio
y también como estrategia de defensa. Este aspecto fue importante para
enfrentar la invasión del Imperio inca.
Cuando finalmente fueron incorporados,
desempeñaron un papel muy importante en la vida de ese imperio.
Sociedades Supracomunales
Observa
la gráfica y escribe el número correspondiente en cada recuadro.
1. Sociedades
nómadas
2. Sociedades
agrícolas
3. Sociedades agro
alfareras
4. Sociedades
superiores
Para el año 500 a. C., no todas las
sociedades aborígenes alcanzaron el mismo nivel de desarrollo. Había aún
pueblos que vivían de la caza, la pesca y una agricultura de subsistencia.
Otras comunidades, como las de la Amazonía,
se mantenían de la caza y la recolección de productos de la selva
principalmente.
Sin embargo, la gran mayoría tenía una vida
aldeana estable, una agricultura desarrollada y una producción importante de
objetos materiales que los utilizaban de diversas formas.
En los lugares donde hubo excedentes agrícolas, la población aumentó, las aldeas crecieron y las comunidades lograron avances técnicos y organizativos significativos. Las culturas que se desarrollaron tenían grandes extensiones de territorio a su cargo.
Ubicación de las Sociedades Supracomunales
Organización
social
El cacique o
jefe dirigía las guerras y las actividades de intercambio. El jefe era también
el chamán de la comunidad, quien curaba las enfermedades, hacía predicciones
respecto al clima y conducía las ceremonias religiosas. Sin embargo y a pesar
de estas diferencias, las comunidades agrícolas y el trabajo colectivo se
mantenían. Sus celebraciones religiosas incluían ritos en los que exaltaban la
majestuosidad y las bondades de astros, montes y ríos.
Los símbolos de
la fertilidad eran también venerados. El poder y el prestigio del cacique eran
económico y religioso. La existencia de excedentes agrícolas le daba una mayor
capacidad de redistribución de bienes en la comunidad y la posibilidad de intercambiar
y adquirir productos exóticos y rituales.
Producción
agrícola y pisos ecológicos
Las bondades de
la tierra permitieron que los habitantes de las sociedades avanzadas hicieran
de la agricultura la base de su economía. Las técnicas que utilizaron como el
cultivo en terraza facilitaron la producción a gran escala, favorecieron la
optimización del riego y evitaron la erosión de las laderas.
Por otro lado,
las comunidades estaban ubicadas en territorios de diversas alturas, lo que determinó
que tuvieran distintos tipos de clima y, consecuentemente, de productos. El
cultivo
en diferentes pisos ecológicos a distancias tan pequeñas dio como resultado la existencia de comunidades autosustentables, que se abastecían regularmente de diversos productos
Los pisos ecológicos, un valioso incentivo para la
convivencia
Muchos de los
espacios eran aprovechados por diversos grupos étnicos, cuya convivencia se
basaba en los acuerdos sobre el control de la tierra y el uso del agua. El
deseo de acceder
a productos de
los diferentes pisos ecológicos fue un valioso incentivo para establecer
alianzas entre los pueblos.
El arte de
los metales
A pesar de que
culturas anteriores ya trabajaban con metales, la metalurgia tuvo un gran
desarrollo en este período.
Los orfebres
lograron implementar técnicas innovadoras para trabajar las piezas y mecanismos
que les permitieron extraer el oro de las minas y de los cauces de los ríos con
mayor facilidad. Con un martillo a golpes, daban forma a los objetos, logrando
hermosos diseños.
Los metales
fueron empleados principalmente para la elaboración de adornos personales, que
indicaban la posición y el rango, es decir, la importancia de quien los utilizaba.
El brillo de los metales simbolizaba el poder.
Mientras más
poderosa era la persona dentro de la comunidad, más artículos metálicos
utilizaba.
Artículos
elaborados con metales
Con los metales
se confeccionaban: aretes, anillos, orejeras, narigueras, clavos faciales,
collares, pendientes que incluían apliques para ser cosidos a los vestidos,
adornos para incorporar a los objetos de cerámica, máscaras rituales, utensilios
ceremoniales, entre muchos otros. Los diseños eran geométricos e incluían
círculos, rectángulos y trapecios.
La cultura La Tolita es la más destacada de la época en el trabajo metalúrgico. La gente de esta cultura elaboró diseños hermosos, en los que también utilizó platino y piedras preciosas.
Redes de
intercambio
En principio, el intercambio se hacía entre las comunidades cercanas que tenían productos diferentes. Luego, se extendió y se crearon redes o sistemas que llegaron a traspasar los límites locales, las regiones e incluso las fronteras del territorio del actual Ecuador.
Prueba de ello son, por ejemplo, los hallazgos arqueológicos que se han hecho de la concha Spondylus. Solo se la obtiene en el mar caliente, frente a la mitad del mundo; sin embargo,
se han
encontrado restos y objetos elaborados con ella en la región Interandina, en
entierros en el Cerro Narrío y Cotocollao; en la Amazonía, en la Cueva de los
Tayos; e incluso en Perú, Colombia y Centroamérica.
Además del intercambio de productos, estas sociedades lograron hacer intercambio de tecnologías. En la cerámica de La Tolita y Jama-Coaque, por ejemplo, se usaron decoraciones de origen mesoamericano, como el dios del fuego o el de la lluvia.
No todos los
señoríos étnicos tuvieron la misma importancia ni el mismo nivel de desarrollo
político y económico. Hubo unos que estaban formados por varios cacicazgos; sin
embargo, otros fueron pequeños.
Fueron varias
las maneras en las que se constituía un señorío. A veces, dos o más curacazgos
se unían para aprovechar mejor los recursos del territorio. En otros casos, se
conformaban mediante alianzas guerreras y familiares. También se establecían cuando
los cacicazgos pertenecían al mismo grupo étnico.
Los señoríos
étnicos mantenían el sistema de producción comunitaria. No existía la propiedad
privada. La tierra pertenecía a toda la comunidad, es decir, era propiedad
común.
Por medio del
trabajo colectivo, lograron mejorar sus formas de cultivo y las cosechas eran
cada vez mejores y más abundantes.
Organización
social de los señoríos étnicos
Los señoríos estaban conformados de la siguiente forma.
El crecimiento
de estas sociedades provocó que el poder político y el poder religioso ya no se
concentrara en una sola persona. El cacique o curaca cumplía las funciones políticas
de organizar la producción agrícola, distribuir los productos y construir obras
comunitarias. El poder religioso
Actividades
comerciales
El intercambio comercial estaba a cargo de los mindalaes, quienes se encargaban de llevar los productos de un lugar a otro. Gracias a su actividad, diferentes etnias y culturas se pusieron en contacto, pues, junto con las mercaderías que ellos llevaban, viajaban también sus conocimientos.
Además de comerciantes, los mindalaes
también cumplieron la función de embajadores. Eran los representantes del
cacique ante otros pueblos, aspecto que les permitió tener influencia y poder.
Mercados abiertos
La actividad comercial se llevaba a cabo en la plaza, lugar donde los mindalaes y la gente común se encontraban para intercambiar mercancías de distintas regiones. En estos lugares se comercializaban productos básicos, como papa, maíz, ají, algodón, yuca; y otro tipo de artículos, como cerámica, textiles, objetos metálicos, instrumentos decorativos, etc. Allí también se podía conseguir bienes exóticos, como la coca, el oro, la chaquira, la concha Spondylus. Como en aquel entonces no existían las monedas, los productos se intercambiaban (trueque). Sin embargo, los productos exóticos, al ser tan apetecidos, muchas veces hacían de moneda.
Este contacto con motivo comercial también permitió que los pueblos compartieran e intercambiaran ideas, creencias y tecnologías. Por medio de las artesanías, por ejemplo, las ideas artísticas y las innovaciones tecnológicas viajaban de un lugar a otro.Comercio y
navegación
Los señoríos
asentados en la región Litoral desarrollaron importantes técnicas de navegación
marítima. Esto les permitió organizar redes comerciales a larga distancia. Las balsas
tenían grandes velas de algodón, tejidas en telares especializados. Productos
de la región llegaron hasta Chile, Perú, Colombia y México.
Las pirámides ceremoniales Fueron pirámides sin punta. La rampa de acceso permitía subir con facilidad. En la parte superior se construían templos o espacios de veneración, donde se llevaban a cabo rituales religiosos.
Creencias
religiosas
Cada grupo
étnico poseía su propio sistema de creencias religiosas. Sin embargo, como los pueblos
se comunicaban entre sí a través del comercio, sus creencias se expandían y se enriquecían
con los aportes de otras comunidades. Por esta razón, entre las poblaciones
indígenas coexistían creencias religiosas locales y también un conjunto de
creencias religiosas regionales.
Lugares de
veneración
Las huacas eran
lugares sagrados a los que los indígenas rendían culto y en donde dejaban
ofrendas. Podían ser cuevas, lagunas, manantiales o montañas. Existían
diferentes tipos de huacas según las funciones que cumplían. Las pacarinas o huacas
de origen, por ejemplo, eran aquellos lugares sagrados de donde, por designio
de los dioses, cada ayllu o etnia reafirmaba su provenir; es decir, el sitio
donde se originaron los antepasados más antiguos. Los indígenas
que compartían
una pacarina mostraban un gran sentido de la solidaridad entre ellos.
Las
pirámides ceremoniales
Fueron pirámides
sin punta. La rampa de acceso permitía subir con facilidad. En la parte
superior se construían templos o espacios de veneración, donde se llevaban a
cabo rituales religiosos.
Ubicación
de los señoríos étnicos
Los señoríos
étnicos se ubicaron en las tres regiones del territorio del actual Ecuador.
Las confederaciones
Después del año
1000 d. C., algunos señoríos étnicos se agruparon para formar confederaciones
de mayor extensión territorial y mayor poderío. Esto les permitía mejorar sus posibilidades
de defensa en caso de invasiones y también controlar de mejor forma las redes
de intercambio. El curaca mayor del señorío más importante se convertía en el
señor multiétnico, la mayor autoridad de la confederación.
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